NOTAS DE PRENSA
 
Época de Elecciones o de Opciones... en definitiva de difíciles decisiones

Se me ocurre hacer un intento de análisis comparativo entre la política y el fitness, pavada de problemática para poder llegar a una conclusión definitiva, pero si tan solo pudiera pensar en voz alta y compartir el pensamiento, habré dado un paso adelante en la comprensión de aspectos de la vida cotidiana que están profundamente relacionados.

Seguramente cuando lean esta nota ya habrán pasado las elecciones presidenciales o tal vez estén por venir y cada uno, en su silenciosa intimidad, sabrá que destino quería o quiere para su vida de ciudadano. Sin embargo haberse visto en la ‘'obligación'' de votar parece ser más un estorbo que una oportunidad, claro que tomar conciencia de ello es alarmante y más allá de los políticos, habla de nuestra incapacidad de modificar hechos culturales fuertemente instalados en el inconsciente colectivo.

Es entonces que nos encontramos con un concepto universal , la cultura.
Y la nuestra, la argentina, como en muchas otras , parecería ser que desde las autoridades, se trata de “emparejar hacia abajo”, dicho de otra manera, si uno analiza el presupuesto destinado a Educación, cualquier ser pensante podrá entender de que hablamos. Claro que esto se completa con los otros dos pilares de cualquier sociedad que pretende ser del primer mundo, y me refiero a la Salud y la Seguridad, en donde los presupuestos obviamente, también son bajos.

Nos encontramos frente al presente con un pasado irremediable y un futuro incierto, pero justamente es el presente en el que podemos y debemos actuar.
En la escuela secundaria a la hora de Gimnasia, quién no habrá pasado por: “ te portaste mal, entonces hace 50 abdominales...” o “el que llega tarde , hace 20 lagartijas”.

Está claro que algo tan importante como el trabajo muscular de los abdominales y tren superior no era enseñado para ser deseado, sino todo lo contrario, es así como a la hora de correr, todos los estudiantes simulaban un trote enérgico solo cuando eran observados por el profesor, luego aparecieron los deportes amateurs en algunos y de alto rendimiento en otros.

Pero los años iban pasando y ya no estaba la obligación del movimiento para aprobar una nota o para ganarse alguna medalla. Y hoy nos encontramos con el más alto porcentaje de población mundial que no hace actividad física. El sedentarismo y la vida moderna con todos los males que ellos tienen, trajeron consigo la “cultura del menor esfuerzo”.

Aún cuando estadísticamente podríamos decir que hay más conciencia de la importancia de la actividad física, y en consecuencia más cuidado del cuerpo, y bienvenido sea, en mi opinión, la realidad es que todos los recursos utilizados en los medios de comunicación, apuntan primero, a vender algún producto y segundo y más peligroso, a la estética pura.

Desde la cirugía de pecho de las mujeres con porcentajes inimaginables, hasta la anorexia encubierta, mucha es la lucha que nosotros los EDUCADORES FISICOS tenemos como obligación, para dar a conocer, enseñar y amar la ACTIVIDAD FÍSICA en todas las modalidades.

Por eso a la hora de elegir, tenemos , a pesar de todo, la libertad, la capacidad, la inteligencia para cuidar nuestro cuerpo, para que viva un presente mejor, o sea, más fuerte, más ágil, más flexible, más resistente, más coordinado, más joven, más alegre, más sano física- psíquica y espiritualmente.

Ya no se trata de hacerlo pensando en el futuro, para cuando “seamos viejos” estar mejor, que obviamente es posible pero no asegurable. Se trata de actuar sobre lo único cierto, exacto, real, el presente.

Entonces, a la hora de elegir, muchas son las opciones para la salud, como
expresión de alegría por el movimiento. Desde un partido de fútbol con los amigos, hasta una sesión de yoga, cualquiera de las expresiones corporales ayudará a mejorar todos nuestros aspectos de la vida cotidiana, y me refiero a estar de buen humor y optimismo existencial para rendir más en el trabajo, para sociabilizarse con alegría, comprensión y tolerancia por el prójimo, para elevar nuestra autoestima, para establecer buenas relaciones afectivas, para poder rascarse la espalda uno mismo, para atarse los cordones sin dolores, para saltar un charco cuando sea necesario, para correr un colectivo cuando se nos escapa, para empujar un mueble cuando queremos ordenar la casa, para alcanzar un objeto cuando está muy alto, para alzar un bebé cuando queramos jugar con él, etc, etc, etc....

Es hora de ser adulto y no echarle la culpa a nada ni nadie, sobre lo que nos pasa en la vida. El movimiento tiene que ser una necesidad que nos viene de muy adentro, una fuerza impostergable que nos obliga a actuar, común es escuchar en algunas personas, entre las que me incluyo, que “si pasan 2 días sin hacer actividad física, al tercero ya me siento mal”.

Busquemos en nuestro interior cuales son nuestras verdaderas necesidades, “leamos” a nuestro cuerpo que siempre nos habla, prestémosle atención que si bien nuestra cabeza piensa, y esa parece ser la cultura de lo valioso, el cuerpo siente y es sabio, mucho más que nuestro cerebro.

Termino mi pensamiento diciendo que votar un político es darle toda nuestra confianza a alguien capacitado para ocupar el rol de gobernar y gobernarnos, claro que en honradas excepciones sentimos que le conferimos nuestro poder de decisión a la persona indicada, es un acto de madurez, de entrega total. Cuando nos defrauda tendemos a criticarlo pero no hacemos nada y es peor, lo seguimos avalando nuevamente con nuestro voto , enceguecidos por una nueva fantasía prometida.
Es hora de abrir los ojos y ser arquitectos de nuestro destino.

Del mismo modo, en el mundo de la salud total, la defraudación política es como estar enfermos, tratamos de curarnos porque ahora sí que sentimos a nuestro cuerpo hablar, pero esta vez nos dice cosas dolorosas, y “tapamos baches” con remedios que sería como “sobrevivir” en la sociedad cuando no encontramos el camino del bienestar.
Pero a quién le entregamos nuestro destino político?, a gente inescrupulosa?, malintencionada?, negligente?, a quién le entregamos nuestra salud?
a la suerte? a la fantasía de juventud eterna?, a los médicos cuando ya es tarde? Tal vez si , tal vez no, de todos modos ya no importa..... acostumbrados a ser espectadores, nos entretienen con pochoclo y gaseosa, cuando no dormimos en un letargo aburrido pero seguro. Seamos los actores de la propia obra de teatro.

En un gimnasio, en una plaza, en un country, en la oficina, en la propia casa, o en donde sea, busquemos el lugar y regalémosle a nuestro cuerpo alegría y placer, nadie será más agradecido que él y estemos seguros que habremos encontrado a nuestro mejor amigo.